Levando

No hace falta modificar algo que está bien hecho. El pan es un invento que viajó a lo largo del tiempo, sobreviviendo a épocas y culturas completamente diferentes. Es el alimento primario de millones de personas. Está en las mesas más humildes, así como también en las más suntuosas.  ¿Tiene sentido querer cambiarlo? La respuesta es obvia. Pero hay algo que sí tiene sentido: Entenderlo. Querer hacerlo cada vez mejor. Escuchar sus secretos, aprender de su largo camino.  Y si hay algo que aprendimos del pan es esto: hay que mantenerlo simple. En Levando nos gusta el pan. Y se nota. Por eso lo hacemos una y otra vez, intentando afinar el arte de hacer pan.Porque lo simple no es sencillo y eso quizás sea lo más difícil de aprender. Sin vueltas, sin complicaciones. Hacer bien el pan, que la gente lo vea y forme parte de esa comunión. Algo que ya conoce pero que puede redescubrir. Observando los detalles que acompañen cómo sutiles novedades su rutina. Compartir la simpleza, así como se comparte el pan. Eso hacemos en Levando. Hacemos bien lo simple.